Propuestas y compromisos para una recuperación sostenible

Propuestas y compromisos para una recuperación sostenible

La COVID 19 ha impactado duramente las economías de todo el mundo, con una consecuente reducción en el crecimiento del PIB, un aumento del desempleo y de la pobreza y pobreza extrema de quienes ya se encontraban situación de gran vulnerabilidad antes de la pandemia.

El impacto sobre el mercado laboral ha sido especialmente profundo. Se han reducido las horas de trabajo y han desaparecido empresas por las medidas de distanciamiento derivadas de la pandemia y por el ahogamiento económico que ha supuesto la crisis.

En función de su margen de maniobra fiscal los diferentes gobiernos iberoamericanos han implementado medidas para amortiguar los efectos socioeconómicos de la pandemia y, al mismo tiempo, reactivar las economías.

La respuesta a la crisis COVID debe centrarse en las personas, pero a la vez tener una perspectiva medioambiental y de mitigación del cambio climático

Cualquier medida que tenga una vocación real de impactar positivamente a poblaciones vulnerables debe estar centrada en las personas, a través de políticas que permitan ofrecer alivios económicos, subsidios a energía y transporte, así como créditos para PYMES, que han sido tan duramente golpeadas por la crisis y representan casi la totalidad del tejido productivo de nuestra región.

Sostenibilidad en la respuesta a la crisis

Resulta imperativo que las respuestas y políticas públicas para responder a la crisis COVID, además de centrarse en el bienestar de las personas, sean articuladas con una perspectiva medioambiental y de mitigación del cambio climático. Los proyectos que busquen impulsar la recuperación económica deben tomar en cuenta el nivel de impacto de cada región y su participación equitativa en los mecanismos de financiación internacionales. El objetivo es evitar daños mayores a las economías iberoamericanas.

Esta perspectiva abriría la puerta a un crecimiento económico sostenible y al mismo tiempo fomentarían la cooperación entre los países para impulsar metas y compromisos de reducción de gases de efecto invernadero, alineados a sus objetivos de crecimiento, recuperación económica, reducción de pobreza y sostenibilidad ambiental a largo plazo.

Seguridad jurídica

Desde COPARDOM consideramos sumamente necesario que la recuperación venga guiada de mecanismos alternativos de solución de conflictos, para dotar de seguridad jurídica a las empresas que invierten en tiempos tan inciertos, sino también a aquellas que empiezan a ver el camino de la recuperación y que en estos momentos no pueden darse el lujo de someterse a métodos convencionales que no brindan una respuesta efectiva, rápida y, sobre todo, competitiva.

En este sentido nuestra región tiene una oportunidad clave de convertirse en un centro regional de arbitraje que promueva la internacionalización de las actividades de las PYMES, con reglas, lenguaje, alcance y jurisdicción comunes.

Futuro del trabajo y productividad

El cierre de la actividad económica implicó altos costos en términos de ingreso y empleo. Frente a este escenario, las empresas iberoamericanas demostraron su resiliencia, logrando mantener sus actividades de manera remota, gracias a plataformas de comercio electrónico y/o el desarrollo de nuevos productos.

Los cambios en los modelos de trabajo requerirán un ajuste en las normas laborales de los países para promover una productividad real

Si bien esto ha permitido generar aumentos en la productividad empresarial, estas nuevas formas de trabajar han traído nuevos desafíos. De cara al futuro del trabajo, se vislumbra el paso de un enfoque totalmente remoto a un formato híbrido que conjugue los mejores elementos de los tiempos pre y post pandemia.

Estos cambios ameritan una revisión integral de normas laborales de los países de Iberoamérica, que consideren un equilibrio en las cargas laborales y que promueva la productividad real y la adaptación de los modelos tradicionales a la realidad actual y prospectiva, respecto del resto del mundo.

Un sector privado dinámico

La efectividad de esas medidas de política económica requiere de un sector privado dinámico que juegue su rol en el relanzamiento de las actividades productivas y que ahora más que nunca se promuevan las alianzas público-privadas en beneficio de las PYMES, I+D, innovación abierta, etc., de manera que se cree una dinámica empresarial que permita un “efecto cascada” donde el volumen y movimiento de las grandes empresas dinamice a las PYMES y estas a su vez sean alimentadas y convenientemente suplidas por las startups con otros apetitos de riesgo y de disponibilidad de capital.

Desde COPARDOM, vislumbramos tres factores positivos que podrían impulsar la recuperación y el inicio de un nuevo ciclo económico:

  • Vacuna contra la COVID-19 que daría confianza a los mercados y permitiría una vuelta paulatina a la normalidad.
  •  Transformación digital. La pandemia ha estimulado la innovación en sectores empresariales tradicionales, que han aprovechado las tecnologías de la información para adaptarse a esta situación: teletrabajo, ventas online y la digitalización de trámites que antes eran presenciales, impulsan un nuevo ritmo social que propulsaría el crecimiento económico.
  •  Nuevas tecnologías, desarrollo rápido y eficaz de respuestas tecnológicas a la crisis de la COVID han impulsado sectores como el de la Inteligencia artificial, el comercio electrónico, la bancarización e inclusión financiera como medida para reducir la brecha de género, entre otras.

En definitiva, para crear y mantener un entorno global que posicione la reactivación económica como el pilar para el desarrollo, nuestras acciones deberán estar encaminadas a un compromiso con la sostenibilidad en las políticas y actividades de nuestras empresas, teniendo como el centro de dicho desarrollo a las personas. El futuro requiere de sostenibilidad en todos los ámbitos, para lo cual Iberoamérica es el mejor laboratorio.

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