Español y portugués: el potencial de dos lenguas hermanas y globales

El español y el portugués podrían crear un espacio lingüístico con gran valor estratégico en la economía, el comercio, la diplomacia, así como en la ciencia y la tecnología. ¿Qué se necesita para aumentar la influencia de estas dos lenguas mutuamente comprensibles? ¿Qué ventajas supondría para Iberoamérica?

Español y portugués: el potencial de dos lenguas hermanas y globales

¿Pueden dos lenguas hermanas como el español y portugués convertirse en importantes activos culturales, económicos, diplomáticos, científicos y tecnológicos para Iberoamérica? ¿Qué pasaría si el español y portugués reforzaran al máximo su comprensión mutua y, pese a ser dos lenguas diferentes, creasen una comunidad lingüística y cultural de alcance global?

Estas dos lenguas de origen común están presentes en más de 30 países en cuatro continentes (21 países de lengua española y nueve de lengua portuguesa).  En el caso específico de la Comunidad Iberoamericana, se trata de un espacio cultural compartido, políticamente integrado y con una consciencia de hermandad histórica y cultural entre lo ibérico (España y Portugal) y América Latina, incluyendo Brasil.

Avanzar en la promoción, colaboración y proyección conjunta de las únicas dos lenguas globales que alcanzan una proximidad lingüística de hasta un 89% en su vocabulario, podría proporcionar claros beneficios en el ámbito económico, diplomático, cultural y científico.

“La potencia de nuestros dos idiomas va más allá de lo meramente simbólico”, asegura Luis García Montero, director del Instituto Cervantes, institución que en 2020 presentó conjuntamente con el Instituto Camões, un análisis sobre  “La proyección internacional del Español y el Portugués: el potencial de la proximidad lingüística”.

El estudio concluye que unidos, el español y el portugués pueden alcanzar el liderazgo lingüístico mundial que actualmente tiene el inglés, para lo cual será clave la cooperación multilateral y bilateral entre los países hispanos y luso parlantes.

El español y el portugués son las únicas dos lenguas globales con una proximidad lingüística de un 89%, lo que representa un activo estratégico para Iberoamérica.

“Nos encontramos en un momento propicio para “difundir y proyectar nuestros idiomas y trabajar desde lo que nos une, ya que ambas lenguas, asegura García Montero, se asemejan mucho más de lo que parecen. “Solo el velo fonético hace pensar de otro modo, pero el hecho es que un hablante de alguna de las dos lenguas puede aprender fácilmente la otra con muy poco esfuerzo”.

“Compartir dos lenguas tan próximas, mutuamente comprensibles y con semejante amplitud geográfica representa una inmensa ventaja para Iberoamérica cuyo potencial debemos ampliar mediante la cooperación y el diálogo entre nuestras instituciones”, defiende el Secretario Adjunto Iberoamericano, el diplomático brasileño, Marcos Pinta Gama.

La intercomprensión de estos idiomas facilita negociaciones bilaterales y multilaterales y la cooperación en el comercio, la educación, la seguridad y la cultura, así como la movilidad del talento y oportunidades de negocios, explica Pinta Gama. En el ámbito científico y tecnológico, señalan los expertos, también se generarían oportunidades respecto a la difusión y creación conjunta de conocimiento en español y portugués.

Ventana demográfica

Más de 595 millones de personas en el mundo hablan español, ya sea como lengua materna, segunda o extranjera. Detrás del chino mandarín, el español es la segunda lengua más hablada como lengua nativa, con más de 496 millones de personas (6% de la población mundial). El español es también el segundo idioma de comunicación internacional, según el informe  “El español, una lengua viva”, publicado por el Instituto Cervantes con datos hasta 2022.

La institución estima que el número de hispanohablantes aumentará en las próximas cinco décadas hasta superar los 726 millones de personas en 2068, un crecimiento que se dará de forma paralela a otras grandes lenguas como el chino, el inglés, el francés y el árabe.

En tanto, el portugués es la sexta lengua más hablada, superando los 260 millones de personas, de acuerdo a los datos publicados por Etnologue. Según proyecciones de la ONU, en el año 2050, los hablantes de lengua portuguesa podrían llegar a 400 millones de personas, debido al crecimiento demográfico de países luso-parlantes en el continente africano como Angola y Mozambique. En el continente americano, Brasil, con una población que supera los 215 millones de personas, es el país más poblado de habla portuguesa a nivel mundial, lo que representa una potente fuerza demográfica para esta lengua.

A la luz de estos datos, los hablantes de español y portugués alcanzarían actualmente una comunidad potencial de 800 millones de personas, que en el 2050 llegaría hasta los 1.200 millones debido al dinamismo poblacional de los países que tienen estas lenguas como oficiales, así como por el creciente interés por aprenderlas a medida que ganan influencia.

“Existe evidencia empírica de que, unidos, los idiomas español y portugués se aproximan hoy estrechamente al liderazgo lingüístico mundial del inglés en casi todos los parámetros considerados”, asegura García Montero, que pone en valor esta “vitalidad demográfica” como una ventaja comparativa respecto a otros idiomas globales.

Juntos, el español y el portugués se aproximan hoy estrechamente al liderazgo lingüístico mundial del inglés en ámbitos estratégicos. El dinamismo demográfico también aumenta la proyección de ambas lenguas.

Sin embargo, matiza el director del Instituto Cervantes, “esta ventaja no será imperecedera en el tiempo”, dado que los pronósticos apuntan que a partir del año 2100 el principal polo de crecimiento poblacional estará en Asia y África.

Según García Montero, es crucial comenzar desde ahora a “planificar la inclusión del español y el portugués en los primeros puestos de las lenguas más estratégicas habladas” a nivel mundial. Para ello, asegura, es necesario trabajar juntos en la proyección internacional de ambos idiomas, ya que el valor estratégico de una lengua no solo está en el número de personas que la hablan, sino en su dominio en ámbitos clave como la economía, la cultura, las relaciones internacionales y sobre todo, la ciencia y la tecnología.

Ciencia y tecnología, áreas clave

En un momento en que la economía del conocimiento es decisiva para el desarrollo de los países y el bienestar de la población, el ámbito científico y tecnológico representa el mayor desafío—y a la vez la gran oportunidad—para aumentar la influencia del español y el portugués en un mundo en plena transformación.

Algunos datos del informe El Portugués y el Español en la Ciencia”, publicado en 2022 por el Real Instituto El Cano y la Organización de Estados Iberoamericanos para la Educación, la Ciencia y la Cultura (OEI) cuantifican la dimensión del desafío: solo un 15,8% de las publicaciones científicas están indexadas en español o portugués.

Asimismo, el 90% de los trabajos científicos publicados en los últimos 20 años en la Web of Science (WoS), base de datos científica de referencia mundial, están escritos en inglés. De hecho, los investigadores latinoamericanos que publican en WoS han pasado de publicar en revistas que usan sus propias lenguas en un 24% a hacerlo en poco menos de un 16%, en la última década. Asimismo, los textos en inglés procedentes de la región han pasado del 75% en 2010 al 84% en 2020.

La anglofonización del conocimiento es tan apabullante en la ciencia como en el ámbito digital, tal y como señala la plataforma “Lenguas en números”, que cuantifica los idiomas más utilizados en la web: el español ocupa el tercer lugar y el portugués, el quinto, con un dominio indiscutible del inglés como primera lengua en Internet.

“Creemos necesario preguntarnos acerca de las consecuencias que un conocimiento exclusivamente producido y publicado en inglés tiene para la diversidad cultural y científica, para el acceso de los ciudadanos a la ciencia financiada con fondos públicos o para el futuro de las lenguas en los sistemas educativos –en especial en los grados y postgrados universitarios”, reflexiona Ángel Badillo Matos, investigador principal de Lengua y Cultura del Real Instituto Elcano y coautor del estudio sobre el portugués y español en el ámbito científico.

Mejorar la visibilidad del conocimiento científico generado en Iberoamérica y promover el uso del español y del portugués como lenguas de comunicación científica fueron precisamente compromisos clave de la reciente Cumbre Iberoamericana de Jefas y Jefes de Estado.

En la reciente Cumbre Iberoamericana se acordaron acciones para mejorar la visibilidad del conocimiento científico generado en español y portugués

En un comunicado especial sobre bilingüismo aprobado en esta cita presidencial, se acordó impulsar actuaciones estratégicas que contribuyan a la presencia y proyección del español y el portugués en la era digital, en el ámbito de la comunicación científica, el espacio digital y la promoción de un espacio iberoamericano de datos.

Además, desde las instituciones iberoamericanas se trabajará para la interoperatividad de los repositorios científicos y el desarrollo de un Atlas Digital del conocimiento iberoamericano, acciones que apuntan a potenciar el intercambio y colaboración científica en español y portugués.

Otras oportunidades de colaboración

Además de campo científico y tecnológico, desde el Instituto Cervantes proponen acciones para la intercomprensión y cooperación conjunta de los espacios lingüísticos hispanos y lusos, que por su proximidad propician un “bilingüismo relativamente fácil” en palabras de García Montero.

Es clave incrementar la cooperación académica para mitigar barreras de comunicación o fomentar el estudio de ambas lenguas en los sistemas educativos.  Un ejemplo, explica el director del Instituto Cervantes, son las Escuelas Interculturales de Fronteira, entre Brasil y algunos de sus países hispanohablantes vecinos.

Otra área estratégica para potenciar es la cooperación cultural, en la cual la Comunidad Iberoamericana tiene una experiencia de más de tres décadas. En este sentido, desde el Instituto Cervantes se propone promover más coproducciones cinematográficas y artísticas, establecer alianzas entre medios de comunicación y respaldar la presencia de ambos idiomas en organismos internacionales, por mencionar algunos campos de acción sobre los que concretar la colaboración.