Iberoamérica avanza cuando apostamos por la cultura para el desarrollo

Iberoamérica es una potencia cultural por la calidad y diversidad de sus expresiones artísticas, pero también porque defiende, desde las políticas públicas, el vínculo entre cultura y desarrollo sostenible

Iberoamérica avanza cuando apostamos por la cultura para el desarrollo

“Si no fuera por la música, probablemente yo estaría muerto o en la cárcel”, confesaba un joven de un barrio desfavorecido a quien la cultura literalmente le salvó la vida, no solo porque le alejó de las pandillas, sino porque gracias a las Orquestas Juveniles pudo descubrir un talento y una vocación que llena su vida.

En un pueblo perdido de México y en el peor momento de la pandemia, gracias al apoyo de Iberartesanías, un grupo de mujeres pudieron adquirir los materiales para confeccionar sus artesanías que posteriormente venderían por Internet. Al mismo tiempo, en otras comunidades recónditas de nuestra región, el Programa Ibercultura Viva apoyaba ollas comunitarias para llevar alimento a muchas personas en los peores meses del confinamiento.

Son experiencias que demuestran que cultura es más que diversión, entretenimiento o folclore. Incluso cuando las luces se apagan y el telón baja, la cultura es capaz de devolver la esperanza y sembrar desarrollo sostenible allí donde más falta hace.

Invertir en cultura es también sembrar desarrollo, empleo y sentar las bases de la recuperación

Esto quedó demostrado en un momento en que la crisis económica sigue golpeando con fuerza al sector cultural. Por eso, invertir en cultura es también sembrar desarrollo, empleo y sentar las bases de la recuperación a partir de uno de los sectores que más han sufrido la crisis.

Desde el portal Somos Iberoamérica damos la bienvenida al 2022 con las voces de cineastas, músicos, dramaturgos, cantantes y artistas que coinciden en que “Iberoamérica avanza” cuando apostamos por la cultura.

Iberoamérica, una potencia cultural

Se dice a menudo, y con razón, que Iberoamérica es una potencia cultural por la calidad y diversidad de su producción artística, literaria y cinematográfica. En realidad, Iberoamérica es al mismo tiempo interculturalidad y multiculturalidad. Nuestra cultura emerge de la fusión y el mestizaje de nuestra herencia indígena, afro y europea, enriquecida y aderezada por las migraciones a lo largo de la historia.

Iberoamérica es también sonidos, colores, olores, sabores. Nuestra cultura no se crea en los despachos, sino en la calle, en los pueblos, en los barrios y nace de las personas, de sus talentos, de sus encuentros, sus intercambios que crean algo completamente nuevo, como la gastronomía mestiza de María Marte, la música de Carlinhos Brown que pone a bailar hasta el espíritu, la poesía hecha canción del uruguayo Jorge Drexler o la unión de ritmos y voces del Coro Iberoamericano de Madrid.

Los embajadores iberoamericanos de la cultura Jorge Drexler, Carlinhos Brown y más recientemente María Marte son testimonio vivo de una Iberoamérica construida también desde las personas y su cultura, una región hecha a sí misma y que “avanza cuando nos unimos y somos orgullosos de lo que somos”, como bien dice la chef dominicana María Marte.

El 2022, año clave para la cultura

Hay otra razón por la que Iberoamérica es una potencia cultural. Nuestra región es la primera del mundo que ha defendido activamente el vínculo entre cultura y desarrollo sostenible, convirtiéndolo en una política pública que traspasa fronteras nacionales.

La Estrategia Iberoamericana de Cultura y Desarrollo Sostenible, aprobada recientemente en la XXVII Cumbre Iberoamericana nos convierte en la única región del mundo que cuenta con una hoja de ruta para alinear las políticas públicas culturales al cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible, en áreas tan decisivas como ciudanía cultural, institucionalidad cultural, dimensión económica y medioambiental de la cultura, entre otras.

El 2022 ha sido declarado Año Iberoamericano de la Cultura y el Desarrollo Sostenible en la pasada reunión de cancilleres de Iberoamérica

El 2022, declarado “Año Iberoamericano de la Cultura y el desarrollo sostenible” por los cancilleres de la región, será clave para desarrollar esta estrategia y traerá varias citas internacionales para amplificar el diálogo en torno a la relación entre cultura, desarrollo y recuperación.

La primera cita es el VIII Congreso Iberoamericano de Cultura, que tendrá lugar en Portugal, la segunda es la Conferencia Mundial de la UNESCO sobre Políticas Culturales (MONDIACULT), a celebrarse en México en septiembre de 2022. La tercera cita es el Gran Foro Mundial de Arte, Cultura, Creatividad y Tecnología (GFACCT) que acogerá Colombia, uno de los encuentros internacionales más importantes sobre industrias culturales y creativas.

Cultura y recuperación

Precisamente la cultura es un eje fundamental en el diseño de una nueva economía post-COVID, para lo cual los países iberoamericanos aprobaron la creación del Fondo Iberoamericano de Garantías Recíprocas, que ayudará a PYMES y emprendedores culturales a ser sujetos de crédito y tener liquidez para desarrollar sus proyectos, generar empleo en el sector y contribuir así a la recuperación económica también desde la cultura. Además, permitirá acometer desafíos de más largo plazo como la mejora de la competitividad y la digitalización.

Las industrias culturales son un eje fundamental de las políticas públicas de recuperación post-COVID, a partir de los sectores más golpeados por la crisis

Iberoamérica tiene un bagaje de 30 años de cooperación cultural que va desde la cultura comunitaria, cine, teatro, orquestas, apoyo a jóvenes artistas, bibliotecas, artesanías, hasta la promoción de los museos, las bibliotecas, los derechos y aportes de los migrantes o la Iberoamérica de los sabores a través de la gastronomía.  De los 30 programas e iniciativas de cooperación iberoamericana, 13 corresponden al área de cultura para el desarrollo.

Por lo tanto, Iberoamérica no es solo una potencia cultural, sino también una región líder en cooperación cultural para el desarrollo. Durante los peores momentos de la pandemia y todavía hoy se ve cómo la cultura representa un puente de unión entre países, comunidades y entre las personas.