Ciencia, tecnología e innovación, una apuesta por el desarrollo

Iberoamérica impulsa el conocimiento para una transformación productiva y enfrentar futuras pandemias. Iniciativas como el Observatorio Epidemiológico Iberoamericano o la Red de Parques Científicos Tecnológicos evidencian por qué ahora es el momento de la ciencia, la tecnología y la innovación.

Ciencia, tecnología e innovación, una apuesta por el desarrollo

La crisis COVID puso de manifiesto que la ciencia, la tecnología y la innovación literalmente salvan vidas y que, junto con la cooperación y el intercambio de conocimiento, pueden ayudar a Iberoamérica a salir fortalecida de la pandemia.

“Siempre es el momento de la ciencia, pero hoy tenemos todavía más motivos para hacer del conocimiento una prioridad y de la innovación un camino para construir una recuperación transformadora”, afirma Félix García Lausín, coordinador del Espacio Iberoamericano del Conocimiento (EIC) de la Secretaría General Iberoamericana (SEGIB).

Para ello, Iberoamérica enfrenta desafíos clave como fortalecer e internacionalizar los sistemas nacionales de Ciencia, Tecnología e Innovación (CTI), una mayor movilidad de científicos e investigadores, aumentar la transferencia de tecnología hacia el sector productivo y reducir la brecha digital.  Se trata de un camino que puede afrontarse desde la cooperación entre países y el trabajo en red entre entidades científico-tecnológicas.

Una respuesta iberoamericana

Un ejemplo de esta cooperación en CTI es el Programa Iberoamericano de Ciencia y Tecnología para el Desarrollo  (CYTED)  que promueve redes científicas y de investigación en ámbitos tan estratégicos como salud, agroalimentación, desarrollo industrial, TICs o transición energética.

“Siempre es el momento de la ciencia, pero hoy tenemos todavía más motivos para hacer del conocimiento una prioridad

La importancia de estas redes de investigación se vio claramente con el trabajo de COVIRed, una red iberoamericana de universidades, entidades de salud pública y centros de investigación que se coordinaron para ofrecer una respuesta regional a la emergencia sanitaria derivada de la  .

Asimismo, durante la XXVII Cumbre Iberoamericana, los 22 países de la región acordaron crear el Observatorio Epidemiológico Iberoamericano para fortalecer la capacidad de respuesta a crisis y emergencias sanitarias o epidemiológicas, mediante la coordinación y el fortalecimiento de redes y capacidades sanitarias actuales los países.

Se trata de un mecanismo de cooperación que convoca a todos los actores relevantes de la región en el tema sanitario y que une esfuerzos para la generación y tratamiento de datos de la situación sanitaria y epidemiológica.

Más sobre el Observatorio Epidemiológico Iberoamericano en este ?️ VIDEO

Además, las autoridades de Ciencia y Tecnología e Innovación de Iberoamérica también aúnan esfuerzos para aumentar las inversiones en CTI. Para ello, acordaron intercambiar información entre ministerios y secretarías de CTI y sus pares de Economía y Hacienda, así como con las Cámaras de Comercio de Iberoamérica, con la participación de los organismos financieros multilaterales y del sector empresarial.

Esta colaboración conjunta impulsada en la Cumbre Iberoamericana va en línea con la Estrategia Iberoamericana de Innovación, un marco de acción común impulsado también desde las Cumbres Iberoamericanas para promover la innovación en las empresas, el sector público y en los agentes sociales, a partir de las estructuras ya existentes.

Ciencia, tecnología y empresa, una unión necesaria

Uno de los mayores retos de Iberoamérica es la vinculación entre las instituciones del conocimiento y el tejido productivo, que en Iberoamérica está compuesto casi en su totalidad por Pymes.

“En la mayoría de los países iberoamericanos existe poca colaboración entre la industria y la academia por razones tan diversas como la falta de objetivos comunes y puentes efectivos para materializar esta colaboración”, afirma Varinka Farren, directora de HUB Apta Chile, empresa dedicada a encontrar nuevas oportunidades de negocios basadas en la CIT.

Coincidiendo con Farren, el responsable del Espacio Iberoamericano del Conocimiento (EIC), Félix García Lausín, también reconoce que “Iberoamérica aún tiene camino por recorrer en lo que se refiere a la transferencia de conocimiento hacia el sector productivo”. Para lograrlo, es importante apoyar y consolidar modelos como los parques científicos tecnológicos, explica.

Precisamente en noviembre de 2021 se creó la Red Iberoamericana de Parques Científicos Tecnológicos, que aglutina 30 centros de diez países iberoamericanos: España, Portugal, Argentina, Brasil, Colombia, Costa Rica, Cuba, México, Panamá, Paraguay y Uruguay, bajo la coordinación de la Secretaría General Iberoamericana (SEGIB) y Málaga Tech Park.

La Red Iberoamericana de Parques Científicos Tecnológicos impulsa la transferencia de tecnología e innovación hacia el tejido productivo.

Esta red de parques científicos tecnológicos explica Lausín, busca fortalecer la vinculación entre centros de investigación y universidades para la formación y crecimiento de empresas basadas en el conocimiento, así como promover la innovación en las administraciones públicas y agentes sociales .

Emprendimientos científicos tecnológicos (ECT)

Según datos del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), América Latina podría generar cerca de 3.000 emprendimientos científicos tecnológicos en los próximos cinco años, si se profundizaran las iniciativas de I+D, la transferencia de ciencia y tecnología y se brindaran incentivos específicos para este tipo de empresas, que generan empleos de hasta tres veces mejor calidad que las tradicionales.

En su estudio Emprendimientos de Base Científico-Tecnológica en América Latina”, el BID destaca que, a pesar de que en muchos países de la región ha aumentado la inversión pública en Investigación y Desarrollo (I+D), estos recursos no se han traducido en el surgimiento de más emprendimientos. Entonces, ¿qué falta para que existan más emprendimientos científico- tecnológicos (ECT) en nuestra región?

Según el BID, la respuesta podría estar en temas como el déficit de capital humano en ciencia y tecnología, así como dificultades de acceso a financiamiento o problemas de regulación y clima de inversión.

América Latina podría crear más de 3.000 emprendimientos científicos tecnológicos en los próximos cinco años profundizando la transferencia de tecnología y a través de incentivos específicos para empresas intensivas en conocimiento

A ese déficit estructural también se le suma un aspecto cultural que hay que romper para el nacimiento de más empresas intensivas en conocimiento y el desarrollo de la ciencia y la tecnología aplicadas a la industria, coinciden los científicos.  “Crecemos con la idea de que la ciencia y la tecnología se hacen en otro lado (…) No nos damos cuenta de que invertir en ciencia es también luchar contra la pobreza”, afirma el científico mexicano Jorge Islas Sampeiro, gestor del área de energía de CYTED.

Aparte, el científico portugués Sandro Mendonça reflexiona que todos los países que se desarrollaron de forma sostenida y sostenible lo hicieron a través de inversiones a largo plazo en estructuras del conocimiento que permiten aprovechar no solo los recursos materiales y naturales, sino principalmente el recurso humano.

“La ciencia, la tecnología y la innovación son las mejores inversiones que podemos hacer en nuestro futuro. Tenemos que avanzar juntos hacia una Iberoamérica del conocimiento que sea la base de un desarrollo sostenible que no deje a nadie atrás”, concluye Lausín.

Iberoamérica se encuentra en un momento clave para que la ciencia y la innovación sean protagonistas del desarrollo y la recuperación post pandemia. ¿Cómo lograrlo? Fomentar el nacimiento y desarrollo de Pymes y emprendimientos intensivos en conocimiento es uno de los caminos. Sobre ello hablamos en este capítulo de los podcasts Somos Iberoamérica.