Transición energética en Costa Rica, una visión de desarrollo

Durante los últimos años, Costa Rica ha generado un 99% de su electricidad con energías limpias. Para diversificar su matriz energética, está apostando por el uso de energías renovables no convencionales para reducir la dependencia a la hidroelectricidad.

Transición energética en Costa Rica, una visión de desarrollo

La transición energética es un viaje que Costa Rica inició hace ya muchos años y que tiene como meta final consolidar una matriz energética que asegure el suministro óptimo y continuo de energía de forma sostenible. Por ello, nuestra aspiración es llegar a contar con un sistema energético nacional con bajo nivel de emisiones y basado en el uso de fuentes limpias y renovables.

Para alcanzar esta visión, Costa Rica ha definido planes orientadores que establecen el camino a seguir. Tanto el Plan Nacional de Energía como el Plan Nacional de Descarbonización son las hojas de ruta para alcanzar este compromiso de convertirnos en una economía moderna, verde y libre de emisiones en el año 2050.

Como país hemos concretado logros importantes en materia de reforestación, alineando esfuerzos para preservar y ampliar la cobertura forestal mediante planes y programas de incentivos. Gracias a estas iniciativas, hoy más de la mitad del país es cobertura boscosa y, de esa cobertura, alrededor del 50% se encuentra en área protegida.

Esto nos ha permitido posicionarnos a nivel mundial para la atracción de turismo y consolidar una marca país, lo cual demuestra con un ejemplo concreto cómo las acciones climáticas y ambientales pueden impulsar el desarrollo económico.

Nuestra apuesta por energías limpias

Otro paso fundamental ha sido la consolidación de nuestra matriz de energía eléctrica al lograr generar más de un 99% de dicha energía con fuentes renovables de forma consecutiva en los últimos años, aprovechando nuestros recursos nacionales.

Si bien hemos dado pasos importantes en cuanto a la matriz eléctrica, sabemos que es necesario aumentar la resiliencia y diversificar las fuentes. Por ello, hemos impulsado el uso de energías renovables no convencionales para disminuir la dependencia de la hidroelectricidad, teniendo en consideración que somos un país altamente vulnerable al cambio climático.

La marca país de Costa Rica se asocia al cuidado del medioambiente y es un ejemplo de cómo las acciones ambientales pueden impulsar el desarrollo económico

Como parte de la agenda país, procuramos propiciar el uso de recursos distribuidos para la democratización de la generación de energía eléctrica basada en fuentes renovables a fin de robustecer el sistema nacional mediante el uso de fuentes variadas en todo nuestro territorio.

Asimismo, trabajamos en la digitalización como un medio para mejorar la calidad y la competitividad de la energía eléctrica, la integración de energía renovable, a gran escala y descentralizada, y para promover procesos de gestión de la demanda.

Transporte, movilidad e industrias sostenibles

En el sector energía somos conscientes de que para lograr contribuir con un desarrollo económico cada vez más bajo en emisiones de gases de efecto invernadero (GEI), es imperativo atender los retos asociados a los sectores de consumo como transporte e industria.

Bajo este enfoque el objetivo es desarrollar un sistema de transporte seguro, eficiente y renovable, así como esquemas de movilidad activa y compartida donde la fuente principal de la energía sea la electricidad. Para ello, buscamos transformar la flota de vehículos ligeros a cero emisiones y se trabaja en fomentar los transportes de carga y públicos con fuentes renovables.

Los sectores de alto consumo de energía como transporte e industria son clave para un desarrollo económico cada vez más bajo en emisiones

Consideramos también que para lograr el crecimiento económico y reducir las emisiones de gases de efecto invernadero, es importante modernizar el sector industrial, mediante la aplicación de procesos y tecnologías eléctricas eficientes y sostenibles de bajas emisiones. Lo anterior, mediante el impulso a la electrificación en el uso de la energía y la sustitución de combustibles derivados del petróleo dentro de los procesos industriales.

La apuesta que Costa Rica hizo al optar por un modelo basado en energías renovables ha resultado exitosa, no solo en términos de descarbonización, sino porque nos ha puesto en la mira internacional al destacar como un país amigable con el ambiente, lo cual ha contribuido al desarrollo económico nacional.

Urge acelerar la transición

 Sin lugar a dudas, el escenario actual plantea la evidente necesidad de continuar aunando esfuerzos para acelerar esta transición energética, ya que nos enfrentamos a retos asociados no solo a las implicaciones del cambio climático, sino a la necesidad de reactivación económica en la era post- COVID y a enfrentar los impactos generados por las variaciones en los precios de los hidrocarburos, producto de la recuperación de la demanda y de factores geopolíticos, y que impactan no solo al sector transporte sino a la economía en general.

Debemos acelerar la transición energética, no solo la emergencia medioambiental, sino por factores geopolíticos asociados a combustibles fósiles y por la oportunidad de una reactivación económica post COVID

Aunque aún queden desafíos por afrontar, la transición hacia energías renovables es el camino que Costa Rica ha decidido transitar. Nos sentimos orgullosos de los logros alcanzados hasta el momento, que se evidencian en varios reconocimientos obtenidos en el ámbito internacional como lo es ocupar la segunda posición en el ranking de América Latina sobre transición energética del Foro Económico Mundial y la número 26 a nivel mundial.

Continuaremos haciendo esfuerzos, con el apoyo de socios estratégicos, hacia la transición energética pues es uno de los pilares clave para concretar la meta de descarbonización de la economía equilibrando los objetivos económicos, ambientales y sociales con miras a lograr el bienestar de la población actual y futura de Costa Rica.