De poco servirá haber logrado consenso científico y social entorno a los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) si no se consigue que tengan peso en la acción política. Es necesario un diálogo político que saque a relucir posibles reticencias y obstáculos. Pero también, y principalmente, que busque soluciones según los compromisos de la Agenda 2030.

No será una tarea fácil en un momento de polarización política, en el que cuesta dar visibilidad a propuestas constructivas. La preocupante situación medioambiental y la persistencia de graves problemas sociales, sin embargo, plantean que es urgente conseguir que los ODS se conviertan en un terreno de encuentro entre los actores políticos y económicos nacionales, organismos regionales e internacionales y la sociedad civil. El debate político debe empaparse del espíritu que guía la Agenda 2030: multiactor, multinivel y multidimensional.

La creación de alianzas viene específicamente indicada por el Objetivo 17. En el ámbito de los países Iberoamericanos, implica aprovechar los puentes ya creados y buscar nuevas formas de acercamiento para abordar las desigualdades estructurales, al tiempo que se beneficia de la diversidad de la región.

La Secretaría General Iberoamericana (SEGIB) está plenamente comprometida con dicho objetivo, y en ello vuelca todo el esfuerzo en cada Cumbre Iberoamericana de Jefes de Estado y de Gobierno.

Potenciar el diálogo político